Uno de los propósitos de año nuevo más comunes entre los españoles es el de pasar más tiempo con la familia. Un propósito que no debería ser necesario pero que debido a los horarios de trabajo y el estrés diario a veces descuidamos el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos.
Las tardes y los fines de semana son los mejores momentos para pasar tiempo juntos: juegos en el parque, cenar, o pequeñas excursiones los sábados. Encontrar tiempo juntos es difícil porque entre las clases de inglés, el ballet o el tenis más las tareas diarias las agendas de toda la familia están llenas de actividades y nos olvidamos de reservar tiempo para compartir con los nuestros.
Para poder disfrutar al máximo del tiempo que dispongamos para estar en familia debemos tener espacios en nuestra vivienda que nos lo permitan. Poner el despertador 15 minutos antes para desayunar en familia es un pequeño gesto que no solo mejorará nuestra comunicación familiar sino nuestra salud pues nos sentaremos a degustar la primera comida del día. Para conseguir levantarnos un cuarto de hora antes sin ir como zombies por el pasillo podemos hacer una transición paulatina donde una semana adelantamos los relojes 5 minutos, la siguiente otros 5 y la tercera ya lo habremos conseguido casi sin darnos cuenta.
Es importante que reservemos un momento para actividades en familia, que nuestras noches no se limiten a sentarnos delante del televisor, podemos hacer manualidades, jugar a juegos de mesa o incluso hacer yoga en familia (si el espacio nos lo permite, claro). También podemos preparar la cena entre todos mientras nos contamos cómo nos ha ido el día.
Sabemos que a veces es difícil parar cuando tenemos tareas pendientes por hacer (lavadora, plancha,…) pero podemos organizar nuestro tiempo familiar con una lista de tareas. Si somos capaces de organizarnos en el trabajo, también debemos poder hacerlo en casa y priorizar el tiempo en familia frente a otras tareas. En el fondo, una vivienda se convierte en un hogar gracias a lo que vivimos en ella.